27 de marzo del 2023
Vulnerabilidad… la amiga que no sabía que necesitaba.
Querida alma mágica:
¿Cómo estás? ¿Cómo estuvo tu semana? ¿Has sido feliz? ¿Qué emociones te han hecho vibrar?
Yo fui muy feliz esta semana que pasó. Si tuviera que elegir una palabra para definirla, sería “luminosa”.
Tal vez sea porque la gente me la dijo muchas veces en una frase muy específica: “te ves luminosa”.
Estos últimos días pasé por una montaña rusa de emociones que iban desde la felicidad infinita, la nostalgia, un poco de tristeza, a veces miedo y quizá un poco de incertidumbre. Y todas esas emociones se detonaron por comentarios que me hicieron las personas sobre lo feliz que me veo.
Quizá pueda parecer un poco raro que recibir ese tipo de cumplidos me hiciera sentir tanto.
La realidad es que me llevaron a un proceso de mucha reflexión.
Hoy con seguridad te digo que nunca en la vida me había sentido tan orgullosa de mí y de lo que he logrado.
Más allá de cualquier logro académico, económico o profesional, estoy convencida que nada se compara con la satisfacción tan grande que he sentido al ver en dónde me encontraba hace un año, en dónde estoy parada hoy y valorar todo el esfuerzo que me ha costado llegar hasta aquí.
Por eso me pareció apropiado hablarte en esta sexta carta de porqué decidí llamar mi blog Florecer Mágico. Además de que es un tema que quizá debí haber tocado al principio.
De cualquier forma, estoy convencida que si no lo hice antes, fue realmente porque el momento indicado para hacerlo era el día de hoy.
Aunque antes de entrar por completo en la carta de hoy, quiero invitarte a leer la carta 05 (y todas las anteriores) si es que no lo has hecho todavía. Si algo resuena contigo, qué extraordinario.
Ahora sí…
En esta carta
¿Por qué Florecer Mágico?
Creo que, si has llegado hasta esta carta, de alguna forma ya tienes una idea de lo que han sido para mí los últimos tres años y especialmente el 2022.
Si esta es la primera carta que lees en mi blog, puedo decirte que he pasado por procesos internos muy fuertes. Mis miedos, mi ansiedad, mi depresión y todas las voces en mi cabeza me hicieron tocar fondo el año pasado. He tenido meses de mucha soledad en los que tuve que aprender a levantarme sola y con más fuerza que nunca.
Ahora que escribo estas palabras, me parecen ligeramente divertidas pues hace casi nueve años, tuve una pelea muy grande con mi mejor amigo de aquel tiempo. A la fecha, no es una experiencia que haya compartido abiertamente con muchas personas y hasta cierto punto, solo él y yo sabemos realmente lo que pasó y las palabras que se dijeron. Lo que te puedo decir hoy es que, una vez que tuvimos la oportunidad de hablar sobre lo que había sucedido, me confesó que siempre fue consciente de las palabras que tenía que decir para lastimarme y que me alejara de él. Luego, me dijo que yo no podía depender de otras personas y que tenía que aprender a levantarme sola cuando me caigo.
Esta conversación la tuvimos hace seis años y es hasta hoy que entiendo porqué me enojaron tanto aquellas palabras.
Me pareció muy cruel y fuera de lugar que me hubiera empujado a un lugar tan oscuro por tratar de enseñarme una lección que no le correspondía.
No digo que lo hubiera hecho con malas intenciones, porque genuinamente creo que lo hizo desde el cariño que me tenía. Pero sí digo que no me podía obligar a ver cosas que yo no estaba preparada para ver.
Hace nueve años él quiso enseñarme una lección que apenas pude asimilar e integrar en mi vida hace alrededor de seis meses.
¡Y ojo! No quiero en ningún momento insinuar o dar a entender que porque he aprendido a levantarme sola, no necesito del apoyo y contención de mi círculo de personas cercanas.
A lo que voy con esta historia es que he aprendido a ver la fortaleza que vive dentro de mí para saber reconocer que, al final del camino, solo yo decido qué hacer cuando siento que no puedo más. Que, al final, solo yo puedo decidir si levantarme o quedarme ahí. En el momento justo, en el momento perfecto.
Y es justo esa fortaleza la que día tras día, pasito tras pasito, me ha ayudado a redescubrirme desde el amor. Es esa fortaleza la que poco a poco me ha ayudado a abrirme con la gente que me rodea.
En este último año me di cuenta que he pasado años escondiéndome de la gente. Asustada de mostrar quién soy, lo que pienso y lo que me gusta por miedo a que me juzguen o a quedarme sola. He pasado años retrasando lo inevitable de la vida: volar hacia mi destino.
Pero esta semana me di cuenta que cuando dejas de esconderte, las personas que realmente tienen que estar, llegan y se quedan el tiempo que sea necesario. El justo, el correcto.
En mi cumpleaños recibí regalos muy significativos de toda mi familia, sin embargo, uno de los que tengo más presente es una mariposa de colores que me hizo una tía. El significado que le dio al regalo es que ese proceso de metamorfosis por el que pasa una oruga para convertirse a mariposa es justo el proceso por el que ven que estoy pasando yo.
Y es justo lo que he sentido desde hace tres meses, aproximádamente.
Siento que estoy comenzando a sentir mis alas. O a abrirme, como el botón de una flor.
A florecer.
Creo que eso es justo lo que hace todo ser humano cuando comienza a ser consciente de toda su valentía y su potencial. Cuando se permite ser libre y soltar cargas que no le corresponden. Cuando decide enfrentar miedos e inseguridades.
Y no digo que sea fácil. Sé que no lo es.
Es un proceso que requiere una vulnerabilidad aterradora, pero con certeza digo que todo ser humano se vuelve luminoso cuando abraza por completo su historia y se da cuenta que ha superado sus peores días y que, sin duda, podrá superar más.
Una de las cosas de mí que he abrazado sin culpa y sin pena en los últimos meses es que, a mis 27 años, sigo siendo tan fangirl como lo era a los 15. Así que, siendo esa fangirl, este sábado 25 fui al cine a ver el documental de Louis Tomlinson, All Of Those Voices.
Más allá del hecho de que era el documental de Louis de One Direction, mi banda favorita en mis años adolescentes (y, ¿para qué mentir?, todavía), me conmovió mucho la vulnerabilidad con la que compartió su historia y todos los miedos e inseguridades que lo han atormentado en los últimos siete años. Cerró la cinta con una frase que, probablemente es mi favorita de todo lo que dijo (y de verdad dijo unas muy profundas), que decía:
“Me siento bendecido. Siento que me merezco esto, y debe ser la primera vez que lo digo en voz alta”. – Louis Tomlinson
Esa frase me llenó por completo porque me llevó de inmediato a mi proceso y a todas las veces a lo largo de esta semana que me dijeron frases como:
- “Te ves luminosa”.
- “Te ves muy feliz”.
- “Felicidades por ser valiente”.
- “Felicidades por decidir ser feliz y ponerte como prioridad”.
Todos esos momentos en los que solo podía pensar: “Me merezco sentirme así de plena y bendecida. Me ha costado mucho, pero me lo merezco”.
Florecer Mágico
Hablando de forma realista, mi proceso de florecimiento no ha sido exactamente mágico, y todas las lágrimas que he derramado son prueba de ello. Sin embargo, así lo siento hoy. Así lo veo hoy.
Porque lo que sí es realmente mágico es mirar tu reflejo en el espejo y poder decirte gracias, te quiero y eres muy valiente. Incluso en los días difíciles.
Querida alma mágica, ¿cuál es tu historia? ¿Ya encontraste ese momento en el que miras todo el camino recorrido y te das cuenta que mereces todo lo bonito que tienes en la vida?
Y, porque no podía ser de otra manera, en esta carta comparto contigo Bigger Than Me de Louis Tomlinson.
Gracias, gracias, gracias por permitirme llegar a ti con mis palabras.