Querida alma mágica:
¿Alguna vez te has preguntado cuál es tu forma de expresión más genuina y vulnerable? ¿Cómo te es más fácil sanar?
En los últimos 10 meses yo me he hecho esa pregunta hasta el cansancio, a pesar de que en el fondo, siempre he sabido la respuesta: escribiendo.
Hace 13 años que me di cuenta de lo mucho que me ayudaba esto. Exploro mis emociones. Organizo mis ideas. Enfrento mis miedos. La mayoría de las veces, las palabras fluyen sin problema. Y lo más importante: siempre puedo contar con este alivio cuando el nudo en mi garganta es tan grande que no me sale la voz.
Esta sección de Florecer Mágico es un pequeño vistazo a mi vida diaria en su máximo esplendor. En los días soleados y en los lluviosos. En los días felices y en los que no lo son tanto. En los que canto y bailo, pero también en los que me hago bolita en una esquina y solo lloro. A todo eso y todas las lecciones que he aprendido que poco a poco han ayudado a sanar mi alma.
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Tal vez alguna de ellas resuene también con tu alma.