06 de febrero del 2023

«Ohana» significa familia…

Querida alma mágica:

¿Cómo has estado? En este tiempo que ha pasado desde nuestra última carta, ¿qué te ha hecho vibrar de felicidad?

Yo he estado muy bien, en general, aunque admito que me ha costado mucho trabajo escribir las cartas que estoy publicando para ti.

Me he dado cuenta que constantemente pienso de más las palabras que voy a decir y no permito que mis manos fluyan con las emociones en mi corazón. Lo cual definitivamente no es el objetivo de este blog.

A pesar de la lucha interna que han significado estas cartas, aquí están. Porque siguen siendo parte de lo que más quiero hacer en esta vida: escribir.

El orden de las cartas que te presento es uno que me ha atormentado un poco. Pero estoy permitiéndome seguir mi corazón y escuchar lo que quiere compartir.

En la primera carta te mencioné un poco sobre cómo el haber pasado tiempo con mis seres queridos durante la última semana del 2022 me había llevado a una crisis emocional al volver a una ciudad lejos de las personas más importantes en mi vida.

Hoy quiero hablar justo de eso: de la familia.

Y antes quiero aclarar que, aunque yo sí hablo de los lazos de sangre cuando digo familia, para ti esa palabra puede tener un significado completamente diferente.

¿Para ti qué significa esa palabra?

Para mí, hoy, significa historia, confianza, apoyo, felicidad, tristeza, enojo, a veces frustración, otras desesperación… y lo más importante: amor.

Estos 10 meses que he estado en Monterrey me he sentido completamente aislada de esas personas de mi vida, a pesar de que, en medida de lo posible, hablo con todos por teléfono. De hecho, suelo bromear con mi mamá y mi papá sobre el hecho de que fui exiliada al norte del país.

Lo cierto es que antes de mi cambio a una ciudad en la que estoy completamente sola, había olvidado el significado de la familia y mi relación con todos estaba cada vez más desgastada.

Por situaciones de la vida, por estas fechas el año pasado llegué a sentir que ya no tenía una familia. Mi papá, mi mamá, mi hermana y yo vivíamos todos bajo el mismo techo, pero éramos desconocidos. Y ni hablar de relaciones más allá de ese círculo principal. Y afortunadamente, conforme más trabajo en mí, más fácil es trabajar en mis relaciones.

Físicamente lejos, emocionalmente más cerca que nunca

Estando aquí en Monterrey, con mucho tiempo para mí en las manos, empecé a ir a Constelaciones Familiares. En otra carta te contaré más a fondo sobre mi experiencia con eso, pero hoy te digo que el cambio que he notado en mi dinámica familiar a raíz de eso ha sido enorme.

Justamente en un taller de constelaciones al que me inscribí, la semana pasada nos estaban hablando de que a veces es necesario poner distancia física para poder sanar vínculos familiares.

Hoy te digo que esa distancia física ha sido una de las bendiciones más grandes que ha llegado a mi vida en los últimos meses, a pesar de que al principio no lo parecía.

Cuando recién me mudé, lloraba todo el tiempo porque quería regresar al entorno familiar conocido, a pesar de que sabía lo roto y frágil que estaba en aquellos momentos.

Con el paso de los días, empezó a calmarse mi ansiedad por haberme salido de mi zona de confort y los vínculos empezaron a sanar.

Fue un proceso lento y admito que, en más de una ocasión, me fui a dormir luego de haberle colgado el teléfono a mi mamá enojada. O sin haberle dicho lo que quería o sentía a mi papá. Muchas veces, sin siquiera haberle preguntado a mi hermana cómo había estado su día. Y ni se diga de la relación con mi hermano, la cual todavía necesita mucho trabajo.

En esta carta quiero compartirte lo que he aprendido sobre la familia a lo largo de estos meses que he estado tan lejos, pero más cerca que nunca de ella.

Mamá y papá también tienen una historia que a veces duele.

En arranques de egoísmo, llegué a olvidar que mi mamá y mi papá tuvieron una infancia que en muchos aspectos les dejó heridas. Llegué a estar tan hundida en mi dolor, que me olvidé de ver a los seres humanos detrás de las personas que me dieron vida.

Hoy veo con respeto su historia y acepto con amor la vida que me dieron. Hicieron lo que pudieron y fue lo mejor.

Los problemas de pareja no afectan la relación que tengo con mamá y papá como individuos.

Me costó mucho trabajo entender esto. Me costó mucho más aún aprender a poner límites.

Solía dejarme envolver en los problemas de pareja que llegan a tener mamá y papá y, en más de una ocasión llegué a ponerme del lado de uno.

La primera vez que hablé para poner un límite y decirle a uno de ellos que a ambos los quería por igual y que no iba a seguir en medio de sus discusiones, fue increíblemente difícil. Pero fue el principio de la relación sana que tengo con cada uno el día de hoy.

Es una bendición tener una hermana y un hermano.

Reconozco que falta mucho por trabajar con mis hermanos, pero estos meses han significado un gran cambio al respecto.

La confianza con mi hermana es más de ambas partes y he descubierto lo bonito que es tener a una persona a la que puedo contarle lo que pasa en mi vida sin filtros.

Por otro lado, está mi hermano. Crecí viéndolo una o dos veces al año y con esta idea errónea en mi cabeza de que solamente era mi medio hermano. Estos meses todo cambio. Es mi hermano y en los últimos meses he aprendido a ver al increíble ser humano que hay en él.

También la familia tiene actitudes hirientes o que no están bien.

Darte cuenta de esto duele. Y duele mucho.

Esta fue una lección que tuve que aplicar a todos los integrantes, no solo al círculo principal. De hecho, semanas antes de las fiestas decembrinas, atravesé un momento de crisis y miedo a pasar tiempo con la familia que no había visto en un año.

El 2022 fue un año de cambios enormes en mí. No estoy segura de si todos en mi familia lo notaron, peo yo lo sabía y eso era suficiente para entrar en pánico. No estaba segura si iban a ver con buenos ojos los cambios que ha habido en mí pero luego entendí que no necesitaban hacerlo.

Fue un año de rechazar actitudes hirientes, comentarios mal intencionados y entender que cada persona hace lo que puede de acuerdo a su historia, pero depende de mí la manera en que permito que me afecte. Esto definitivamente se notaba y, por unos días, me aterraba imaginar lo que dirían mis familiares al respecto. Aunque acepto que he vivido más libremente desde que trabajo en no dejar que eso me paralice o afecte mi proceso.

No es necesario que tenga una relación con una persona solamente porque “llevamos la misma sangre”.

Aceptar que esto está bien me ha ayudado a retomar un poco el poder de decisión sobre mi propia vida.

Hay personas con las que me hubiera encantado pasar la noche de Año Nuevo, pero no fue así porque en sus planes estaban familiares con quienes yo he tenido que reconocer que no estamos en una sintonía compatible y el Universo se alineó de manera que no tuviera que pasar esa convivencia.

Ha sido difícil y me ha costado peleas y momentos incómodos con mamá y papá, pero al final es liberador no estar en un lugar donde no me siento en confianza para ser 100% yo.

Familia, gracias…

Como te dije hace un rato, ha sido un camino largo y tardado para recorrer. También soy consciente que me aún tengo mucho por delante, pero llevo un día a la vez y no olvido mirar todo el progreso que he hecho.

Reconozco y acepto los días en que estoy forzando una llamada, unos mensajes o incluso una atención en redes sociales por el simple hecho de que alguien es familia. Sé que puede llegar a verse mal entre esas personas que han estado toda mi vida ahí, pero he entendido que los límites son importantes en cualquier relación, sin importar el origen de esta. Sin embargo, esos límites no hacen que el amor sea menos. Simplemente significan que nuestras almas existirán desde un lugar más amoroso.

Agradezco infinitamente todo el amor y momentos compartidos con cado integrante de mi familia y deseo de todo corazón que todos los días que nos veamos, así como los que no, podamos reencontrarnos desde un vínculo cada vez más sano.

Querida alma mágica, en esta carta quiero dejarte Matilda de Harry Styles, una canción que me ha acompañado en los momentos de reflexión y sanación de mi dinámica familiar.

Y antes de despedirme te pregunto de nuevo: ¿para ti qué significa la familia?

Gracias, gracias, gracias por permitirme llegar a ti con mis palabras.

P.D. Aprovecho esta carta para decirte que una de mis personas favoritas en el mundo es Harry Styles y, si decides acompañarme en este blog, probablemente esta solo sea la primera de muchas ocasiones en que te encontrarás una canción o referencia suya.

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